Capitulares ECAI para participar en el XXII Capítulo General
diciembre 30, 2018Nuestro segundo día
enero 4, 2019
La Eucaristía crea comunidad. Con la convicción de que el Señor Jesús y su Espíritu es el protagonista de esta Asamblea Territorial América, ponemos nuestra reunión en sus manos en la celebración de la Eucaristía de la mañana del día 3 de enero 2019.
El día anterior habían ido llegando a Chía (Bogotá, Colombia) las religiosas desde Medellín y Bogotá y desde los diversos países de esta delegación: Ecuador, Venezuela, Paraguay y Brasil. ¡Alegría del encuentro con cada grupo que iba llegando!
Después del desayuno, nos preparamos para entronizar solemnemente la Palabra de Dios que nos acompaña todos los días en nuestras reflexiones. Nos dirigimos en procesión hacia la sala de reunión y dejamos que el Señor nos recuerde que la Palabra puso su morada entre nosotros.
M. Montserrat nos recuerda que la Asamblea Territorial es un gran motivo de gozo, al que se unen la gratitud y la esperanza y será la oportunidad de un tiempo intenso de discernimiento a partir de la vida de los territorios. Son días de gracia que exigen ser generosas en el compartir, abrirse al otro, ser veraces, tener confianza, cordialidad, comunicación… Sus palabras de apertura están llenas de agradecimiento, confianza, entusiasmo y decisión y nos animan a estar abiertas y en actitud de escucha para descubrir la Voluntad de Dios.
Leídas las Constituciones y elegidas secretaria y escrutadoras, después de la fotografía de familia, ya nos dispusimos a comenzar la reflexión con la ayuda del P. José Cristo Rey García Paredes. Los temas de hoy se han centrado en la comunidad configurada por la misión, las comunidades en procesos de transformación y el la reconciliación transformadora.
El ambiente de silencio y oración y la reflexión compartida sobre lo escuchado han enriquecido el día y nos han ayudado a sentir que el Espíritu Santo nos quiere conceder un “marcapasos” en estas reuniones para que el corazón pueda volver a bombear a ritmo de Dios, para que la comunidad actúe en clave de misión, sabiendo que Dios es el gran misionero que cuenta con nosotras.
Con las Vísperas compartidas concluimos el día, agradeciendo todo lo vivido y compartido.