Muy tempranito, cuando todavía el sol no se había asomado para colorear la espléndida montaña de Montserrat nos encontramos en la hospedería del Monasterio. Mucha alegría porque encontrarnos siempre es fiesta.
En la sala, espléndidamente preparada en la que no falta nada, ni para el espíritu ni para el cuerpo, hemos iniciado nuestra Asamblea Territorial con las palabras de M. Montserrat que nos ha invitado a la gratitud y a la esperanza, a vivir estos días intensamente para avanzar juntas en la búsqueda de la Voluntad de Dios.
Hoy nos ha acompañado el Padre Cristo Rey García Paredes, claretiano, con cuatro excelentes conferencias muy inspiradores acerca de las comunidades que hoy necesita nuestro mundo.
Nos invitó a ser comunidades configuradas por la misión, comunidades conversacionales, capaces de encontrarse con otras culturas, comunidades que sean verdaderas plataformas de lanzamiento. Conscientes de que somos la "selección" de Dios, subrayó la mística de estar juntas, porque lo divino nos habita.
Y porque somos misioneras, porque somos enviadas, cómplices del Espíritu Santo, hoy y aquí, necesitamos la reorganización, la transformación de las comunidades, de suerte que sean comunidades capaces de vivir la identidad narrativa.
Una buena preparación para seguir caminando en el trabajo hacia el XXII Capítulo General.
La Eucaristía a la hora de Emaús cerró el día al poner en el altar todo lo vivido, reflexionado y meditado hoy.